Favorece la digestión, relaja las piernas, alarga la columna y alivia las molestias menstruales. Descubre todos los beneficios de Vajrasana y aprende a practicarla
Estoy segura de que conoces esta postura de yoga. En muchas culturas, vajrasana es una postura de meditación. Es muy accesible, fácil de realizar y tiene enormes beneficios para el cuerpo. Vajrasana procede del sánscrito (la lengua antigua de India) y se traduce como la postura del rayo.
Vajra: rayo
Asana: postura
Sus beneficios
Los beneficios de esta postura son muchos: relaja las piernas, favorece la digestión, alivia las molestias menstruales y alarga la columna vertebral, mejorando así nuestra postura corporal. ¿La razón? Vajrasana reduce el flujo de sangre hacia la zona genital y masajea las fibras nerviosas que lo alimentan. Por eso esta postura es muy recomendable para aliviar las molestias menstruales.
Vajrsana obstruye el flujo de la sangre y los impulsos nerviosos de las piernas y la región pélvica, concentrándose así en los órganos del aparato digestivo. En comidas copiosas, ácidas y abundantes, el aparato digestivo tiene que trabajar más de lo habitual. Vajrasana ayuda a concentrar el flujo de la sangre en el estómago, la parte de nuestro cuerpo que más lo necesita en ese momento. Por eso esta postura incrementa la eficiencia del sistema digestivo, favoreciendo así la digestión y eliminando la acidez y la flatulencia.
Cuando estamos en la postura de vajrasana nuestro cuerpo está erguido y recto sin esfuerzo. Por eso alarga la columna vertebral y nos ayuda a mejorar la postura corporal.
Cómo practicarla: paso a paso
Mi consejo es mantenerse en esta postura durante al menos 5 minutos y realizarla inmediatamente después de comer para mejorar la digestión. Si estás cómodo/a, puedes permanecer durante más tiempo en esta postura. Y si tus digestiones suelen ser difíciles, puedes realizarla antes y después de comer.
Arrodíllate en el suelo con las rodillas juntas: colócate sobre una esterilla o una alfombra para tener mayor soporte, sobre todo si tienes rodillas sensibles
Juntas los dedos gordos de los pies y separa ligeramente los talones creando un espacio, como un cuenco
Apoya las nalgas en la superficie interior de los pies. Los talones deben tocar ambos lados de las caderas
Coloca las manos sobre las rodillas con las palmas hacia abajo
Mantén la espalda y la cabeza rectas, sin tensión, y evita arquear la columna hacia atrás
Cierra los ojos si te resulta cómodo, relaja los brazos y el resto del cuerpo, y respira normalmente
Consejos si estás empezando
Si no estás acostumbrado a este tipo de posturas, es posible que sientas molestias o que no tengas suficiente flexibilidad para sentarte entre el espacio que forman ambos pies. En estos casos prueba estos consejos para realizar esta postura:
Puedes sentarte sobre un bloque de yoga o sobre una o varias mantas dobladas adaptando la altura a tus necesidades
Si te molestan los empeines coloca una manta debajo para tener más soporte
Si te molestan los muslos puedes separar ligeramente las rodillas, manteniendo la espalda erguida
Recuerda que puedes doblar la manta varias veces o incluso utilizar más de una manta para adaptar la altura a las necesidades de tu cuerpo. Puedes hacer los ajustes que consideres necesarios para acomodarte en la postura y poder permanecer en ella.
Las primeras veces en la práctica de vajrasana es posible que sientas una ligera molestia en los tobillos. Para aliviarlo, prueba esto:
Deshaz la postura y siéntate con las piernas estiradas hacia delante
Sacude los pies con fuerza, uno después de otro, para aliviar la tensión
Vuelve de nuevo a la postura de Vajrasana
Contraindicaciones: si tienes una lesión grave en las rodillas no deberías practicar vajrasana. Si tus rodillas son sensibles, mi consejo es colocar alguna manta para protegerlas. No continúes practicando Vajrasana si sientes molestia o dolor. Puede que notes incomodidad o entumecimiento, pero esto es debido a la falta de práctica. Con el tiempo, el cuerpo se va adaptando a la postura.
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