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Eka Pada Koundinyasana: la historia de Koundinya, el sabio

La postura de Eka Pada Koundinyasana nos enseña una importante lección de Koundinya, un sabio y discípulo de Buda

yoga postura avanzada

Aunque muchas posturas de yoga tienen su origen en la naturaleza y en los animales, otras, en cambio, han sido creadas con el fin de transmitirnos importantes lecciones y enseñanzas. Este es el caso de los Guerreros de Yoga y Eka Pada Koundinyasana, cuya bonita historia te cuento en el artículo de hoy.


Para que entiendas mejor la historia, su significado en sánscrito (la lengua clásica de India) es el siguiente:

Eka = Uno

Pada = Pierna

Koundinyasana = el sabio creador de Koundinya


¿Quién fue Koundinya?

Koundinya fue un sabio y discípulo de Siddhārtha Gautama, es decir, Buda. Koundinya era gran devoto de Ganesha (el dios con cabeza de elefante y cuerpo de niño), por eso decidió entregar una hierba común a su dios como ofrenda.


Ashraya, la mujer de Koundinya, pensaba que esa hierba no tenía ningún valor. Así que Koundinya pidió a su esposa que visitara al dios Indra para que le entregara el peso de esa hierba en oro. Ashraya quería descubrir qué enseñanza se escondía detrás de la petición de su marido, por lo que decidió seguir sus indicaciones.


Al ver la pequeña hierba, el dios Indra le dijo a Ashraya que la cantidad de oro sería muy pequeña, puesto que la hierba pesaba muy poco. Pero a ella no le importó, así que Indra cumplió la petición de la mujer y pidió a Kubera, el dios de las riquezas y tesorero de los dioses, que le diera el oro a la mujer.


La balanza, la hierba y el oro

Kubera colocó la hierba en un lado de la balanza y en el otro extremo colocó una pieza de oro. Sorprendido, Kubera descubrió que la hierba pesaba más que el oro. Así que tuvo que añadir más y más oro. Sin embargo, no importaba cuánta cantidad de oro colocara en un extremo de la balanza, porque la hierba siempre pesaba más.


Entonces Kubera colocó todo el oro que tenía sobre la balanza y se sentó junto a su esposa sobre el montón de oro. Pero fue inútil porque la hierba seguía pesando más. Asombradas ante lo que veían, las deidades y asuras (semidioses) del mundo decidieron sentarse también en un extremo de la balanza, sobre el oro. Pero la hierba seguía pesando más. Finalmente, todo ellos comprendieron la enseñanza. Así que los dioses, semidioses y Ashraya fueron a ver al sabio Koundinya para darle las gracias:


“Hoy nos has enseñado una importante lección: hemos comprendido el valor de lo que se ofrece con humildad y devoción”

Qué lección aprendemos de esta historia

Un acto sincero, humilde, realizado con el corazón tiene mucha fuerza y un gran valor. Un valor que ningún bien material o acción interesada puede ser capaz de superar. La postura de Eka Pada Koundinyasana representa la balanza de Kubera y nos enseña que nuestra práctica debe realizarse con devoción, humildad y sin expectativas.



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